sábado, 24 de diciembre de 2011

Otro ejemplo práctico de la fórmula: "Supersonic" (Oasis) y "Like a prayer" (Madonna)

En mi entrada anterior proponía un ejemplo práctico de aplicación de la fórmula matemática para valorar dos canciones "malas". Ahora llega el momento de aplicarla a dos grandes canciones. Que son auténticos himnos de sus intérpretes: "Supersonic", de Oasis y "Like a prayer", de Madonna. Y, me atrevo a decir, con todo merecimiento. Veámoslo:

La fórmula matemática que proponía es la siguiente:

Acordes: 3 puntos
Melodía principal: 2 puntos
Instrumentación y arreglos: 2 puntos
Interpretación vocal: 1 puntos
Letra: 1 puntos
Virtuosismo: 0,5 puntos
Duración: 0,5 puntos

Supersonic:
Acordes: 2,75 puntos. La progresión armónica es excelente: FA#m-FA#m-LA-SI repetidas veces durante el inicio y las estrofas, MI-MI-FA#m-LA-SI, MI-MI-DO#M7m-DO#M7m para dar entrada al estribillo, y RE-LA-MI-FA#m (x8), MI (x4) y MI-MI-DO#M7m-DO#M7m (x4) para el estribillo y el enlazado con las estrofas. Estribillo que por sí solo ya constituye una sucesión de cuatro acordes realmente formidable. No puntúo el máximo porque no hay parte nueva cerca del final o tras el último estribillo, pero con lo que hay sobra.

Melodía principal: 2 puntos. A pesar de la riqueza de los acordes, la melodía no se limita a repetir fraseos, sino que tanto en la estrofa, como en la entrada al estribillo como en el propio estribillo recorre un montón de notas, con una musicalidad reconocible y, en el caso del estribillo, inolvidable.

Instrumentación y arreglos: 1,5 puntos. Quizá la instrumentación sea la parte más floja, pero raya a buena altura de todas formas: rock en estado puro, guitarras distorsionadas, platillos rechinantes en la batería, adornos recorriendo una cuerda de guitarra para contribuir al ruido... Y los arreglos son toda una exhibición: las distintas partes encajan no ya con una naturalidad, sino con la capacidad de hacer anticipar (y desear que lleguen) la siguiente parte (el estribillo a partir de la parte final de la entrada, por ejemplo).

Interpretación vocal: 1 punto. Liam Gallagher no es un súper intérprete, pero este tipo de medios tiempos rockeros con un toque entre sucio y macarra los borda. Sus cualidades vocales estaban aún completamente intactas cuando grabó este tema, y aunque ya recurría a sus tics más conocidos, aún no abusaba de ellos como en la actualidad con Beady Eye. Es difícil pensar en otro intérperte que pudiera hacerlo mejor.

Letra: 0,75 puntos. Es tan psicodélica (más una serie de imágenes y clichés que una historia o un estado de ánimo) como pretende serlo. Pero desde luego no recurre a frases comunes, ni a obviedades, y la rima está cuidada en todo momento.

Virtuosismo: 0,5 puntos. Noel Gallagher borda su interpretación en la guitarra principal: los dos arpegios después de los estribillos son excelentes, con muchas notas perfectamente enlazadas (y en ocasiones con notable rapidez). Y el solo con el que se cierra la canción es de los mejores que ha grabado nunca: se llega a desear que no se bajara el volumen y pudiéramos seguir escuchándolo hasta el final.

Duración: 0,5 puntos. A pesar de que son cerca de 5 minutos, la riqueza de este tema es tal que en realidad apenas hay repeticiones: sólo 2 estrofas y ¡sólo 2 estribillos! No se puede lograr emocionar más con menos reiteraciones.

TOTAL: 9 puntos. Una obra maestra, en mi humilde opinión.

Like a prayer:
Acordes: 2,75 puntos. Otra progresión armónica tremendamente elaborada, con acordes no tan complejos como las séptimas mayores y menores de la anterior, pero con más partes diferenciadas: REm-DO-LA# (x3) más FA-LA#-FA-DO-REm para el principio, FA-DO-LA#-FA (x2) más LA# para el estribillo, LA#-FA-DO-REm-LA#-FA-DO (x2) para las estrofas, REm-DO (x2) para la primera parte de la parte nueva, REm-DO-LA#-FA, FA-LA#-FA-DO, FA-DO-LA#-DO-LA# para la segunda parte de la parte nueva, más una coda final. Resulta hasta difícil de explicar, cualquier página de internet de acordes lo explicará más claramente.

Melodía principal: 2 puntos. aprovechando la riqueza de las distintas partes compositivas, una exhibición de lo que puede dar de sí la progresión armónica, con tramos introductorios, angelicales como las estrofas, automáticamente tarareables como el estribillo, oscuras como el primer tramo de la parte nueva, adaptadas a un coro gospel... El trabajo creativo de Patrick Leonard, con la colaboración de la propia Madonna, es incuestionable.

Instrumentación y arreglos: 1,5 puntos. La instrumentación es quizá la parte más mejorable: las estrofas arrítmicas realzan la atmósfera angelical, y las partes adicionales corales están plenamente justificadas, pero la instrumentación del estribillo es un tanto simple y espartana, como lo prueban las numerosas adaptaciones y remezclas que se han hecho de este tema en los 22 años desde su publicación para mejorar este aspecto. Los arreglos, en cambio, son espléndidos, y las distintas partes fluyen con una naturalidad difícil de conseguir.

Interpretación vocal: 0,75 puntos. Madonna es una vocalista limitada, con tendencia a frasear con menos inflexiones de lo deseable. Pero aquí hace una de sus mejores interpretaciones, adaptando su voz a la atmósfera de cada una de las partes.

Letra: 0,75 puntos. Es difícil hacer una letra original en una canción esencialmente de amor. Así que las referencias religiosas son una manera provocativa y a la vez ingeniosa de afrontar este asunto. Por otra parte, las rimas están muy cuidadas.

Virtuosismo: 0,25 puntos. El coro gospel es lo más destacable dentro de un tema en el que el resto de los músicos hacen un trabajo correcto pero convencional.

Duración: 0,5 puntos. Nuevamente estamos ante un tema largo, de más de 5 minutos, pero en el que podemos constatar que no hay mayores reiteraciones: esa duración se explica por la sucesión de partes a que da lugar tanta creatividad, pues por ejemplo solamente se escucha el estribillo en 3 ocasiones.

TOTAL: 8,5 puntos. Una canción excelente, cercana a la consideración de obra maestra.

Espero que este nuevo ejercicio les haya servido para comprender mejor el porqué de mis apreciaciones, y en la medida de lo posible a compartirlas. Les animo a que repitan este ejercicio para cualquier tema que les atraiga o les desagrade; confío en que les será de utilidad.

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