domingo, 11 de mayo de 2014

Client: Authority (2014)

Tras nada menos que cinco años de silencio, este 2014 nos ha permitido descubrir el retorno de la banda británica Client. Antiguamente un trío, la banda ha sufrido en estos dos últimos años la marcha de Client B (Sarah Blackwood, ex de Dubstar) y Client E (Emily Mann, también modelo de profesión). Pero la fundadora de la banda, Client A (Kate Holmes, ex de Frazier Chorus y sobre todo de Technique) ha creído en el proyecto, ha seguido componiendo canciones y ha reclutado a Client N (Nicole Thomas) para que se ocupe de la parte vocal del dúo. Muchos cambios para un álbum que no los trasluce: se trata de un disco sólido, bien producido (quizá abusando de la reverberación y el sonido excesivamente pulido, algo por otra parte habitual en bandas constituidas por sólo 2 miembros, que suelen esforzarse por disimular esa circunstancia), y que no reniega del legado de los cuatro álbumes anteriores de la banda. Vamos a desgranarlo.

Por supuesto lo primero que llama la atención es la nueva voz. Reemplazar a Sarah Blackwood (una de las mejores vocalistas pop del Reino Unido) no era tarea sencilla, aunque es cierto que al frente de Client había cantado habitualmente temas en tonos más bajos y oscuros que los luminosamente pop de Dubstar. Aunque al principio cuesta un poco habituarse, lo cierto es que Nicole Thomas hace un buen trabajo, pues es una voz dúctil y que se adapta tanto a las melodías en tonos bajos (que hay alguna hay), como a las más cristalinas. Aunque no queda muy claro si es ella quien se dobla a menudo a sí misma con segundas voces, o si es Holmes quien le ayuda en esta parte. Así que desde ese punto de vista, prueba superada.

En cuanto a la calidad del álbum, lo primero que debo decir es que en mi opinión a Client el formato álbum siempre les ha venido un poco largo. Ninguno de sus cuatro álbumes de estudio anteriores era disfrutable de principio a fin (ni siquiera "City", el de mayor reconocimiento por parte de crítica y público). "Authority" no es una excepcion, aunque creo que gana por cierto margen a su antecesor, "Command", su última entrega hasta la fecha. Es un álbum menos oscuro de lo que cabría esperar, con unas letras muy trabajadas y en ocasiones con mensaje (bien reivindicativo, bien de denuncia), y repleto de temas de estructura clásica, ricos en partes diferentes y muy centrados en la parte vocal. "Authority", el tema que lo abre y da título al disco, resume bien estas características, y no es desde luego un mal tema, si bien le falta un estribillo con algo más de gancho. Más flojos son los dos cortes siguiente, "Design" (un medio tiempo oscuro y tenebroso pero sin nada llamativo) y "XXX action" (un tema infeccioso, sin apenas progresión armónica y con un declamado de grandes urbes en el estribillo como seña de identidad).

Con "You can dance", cuarto corte y primer sencillo, el panorama mejora: es cierto que las largas estrofas obsesivas presididas por un distorsionado bajo sintetizado no auguran el excelente estribillo (que incluso cambia de letra en el tramo final, una costumbre que hace años que ha caído prácticamente en desuso). Se entra así en el mejor tramo del álbum: temas de genuino pop electrónico, con unas bonitas armonías y unos giros inteligentes en las progresiones armónicas: "The shinning path" es el primer ejemplo, aunque los más interesantes son el siguiente corte ("Refuge", segundo sencillo, con un comienzo y unos interludios que recuerdan a LaRoux, unas estrofas marca de la casa y un doble estribillo melódico, reforzado por una sección de cuerda sintetizada), y sobre todo "Faith", un medio tiempo excelentemente instrumentalizado, con una preciosa melodía que da todo su potencial gracias al cambio de progresión armónica sobre las mismas notas, y sin una distinción clara entre estrofas y estribillos (es una pena que no haya ningún vídeo en Youtube para que la puedan disfrutar). Entre medias de los dos, "After effect" mantiene los mismos parámetros y es otro de los momentos relevantes, aunque el estribillo está un punto por debajo de sus notables estrofas.

Los últimos cuatro cortes del álbum vuelven a bajar el nivel: "Artificial", con su bajo sintético y su melodía y sus sintetizadores de videojuego, resulta llamativa más que nada por su elaborada letra. "Obsession" es el tema que mejor se emparente con su anterior álbum y que más recuerda a sus admirados Depeche Mode, aunque seis minutos son demasiados. "Quarantine" es quizá el tema más experimental del disco gracias a su extraña instrumentación, pero sus estrofas estridentes no le hacen ningún favor. Y "Nocturnal eyes" es un intento de recuperar la atmósfera industrial del techno de los primeros ochenta, pero con más de nueve minutos de melodía repetitiva es una candidata perfecta a pulsar el "Stop" antes de que llegue el final.

En todo caso, es una buena noticia que Client haya sabido sobreponerse a su crisis interna, y hayan resurgido con una propuesta contemporánea, que no reniega de su pasado pero les descubre una vena de pop luminoso que probablemente sea el camino a seguir. Si es que lo siguen, porque su retorno parece condicionado a la acogida que tenga este álbum. Que sin ser ninguna maravilla sí tiene cuatro o cinco buenos momentos, como casi toda su discografía.