viernes, 12 de septiembre de 2014

Marsheaux: Inhale (2013)

La entrada de hoy ha venido determinada por uno de mis amables lectores, que a raíz de la reseña que hice del más que interesante segundo álbum de los griegos Fotonovela hace unas cuantas semanas, quería saber más de la banda con la que más han colaborado: Marsheaux. Vale recordar que dos de los cortes de "A ton of love" contaban con la colaboración en la composición y en la interpretación del dúo femenino griego de música electrónica. Y no sólo eso, sino que Nikos Bitzenis y Giorgios Geranios son los productores habituales y a menudo colaboradores en las actuaciones de Marsheaux. Una simbiosis que lleva años funcionando a las mil maravillas, como lo prueba el último álbum de estudio de las griegas, "Inhale", el cuarto de su carrera, que vio la luz hace aproximadamente año y medio.

Lo que más sorprenderá a todo aquel que no conozca la obra de Marianthi Melitsi y Sophie Sarigiannidou es la calidad de su sonido: habitualmente las entregas del panorama independiente adolecen de una grabación poco pulida, cuando no directamente amateur. No es el caso de Marsheaux: Fotonovela son unos maestros a la hora de elaborarles una atmósfera sonora rica y compleja, que llena con nitidez e inteligencia todas las frecuencias del espectro. A ello hay que añadirle un sonido contemporáneo pero alejado de las modas, rico en matices, deudor de las grandes bandas del techno-pop de la primera mitad de los 80 (O.M.D., A Flock Of Seagulls, The Human League...) y con una sorprendente capacidad para ir enriqueciendo sus temas conforme avanzan. Además, tanto Marianthi como Sophie cantan todos sus temas en inglés, con una pronunciación más que correcta y unos textos no exentos de cierta complejidad. Todo lo cual provoca que el resultado es un producto que no tiene nada que envidiar a las más fastuosas producciones mainstream.

Aunque todo eso por sí solo no las haría una banda recomendable; su creatividad es la que ha sostenido toda su carrera, en especial su olfato a la hora de elaborar estribillos pop irresistibles. En este "Inhale" hay unos cuantos: el primero en el tema con el que se abre: "Self control" es un tema bailable sin ser discotequero, con los sintetizadores muy bien superpuestos para crear ese sonido infeccioso deudor como tantos otros del "I feel love" de Donna Summer, unas estrofas correctas sobre acordes mayores y un estribillo formidable: tanto que, usando la misma letra, se permiten jugar con las notas de su melodía, siendo las de los dos últimos diferentes a las de los dos primeros. "Secret place" es otro gran tema, construido sobre una única progresión armónica de nada menos que ocho acordes, que bordea el Canon de Pachelbel sin llegarlo a calcar, y que empieza de modo intimista para ir enriqueciéndose con nuevos instrumentos conforme avanza, aunque manteniendo siempre ese tono dulce y evocador, y de nuevo con el detalle de proponer dos estribillos totalmente diferentes para coronar cada una de sus dos estrofas.

"Inhale", tercer corte además de tema que da título al álbum y único sencillo oficial del mismo, las transporta a otros terrenos más cercanos a los que por ejemplo transitan las británicas Client, con quienes se las compara a menudo: un tema con una energía más rockera, más oscuro y contundente, aunque no por ello inferior a los anteriores gracias a otra lograda producción armónica, una certera producción, un sonido construido con sintetizadores pero menos sintético y una melodía más simple pero eficaz. El cuarto tema, "To the end", no se queda a la zaga, partiendo de un precioso bajo sintetizado que recrea otra inspirada producción armónica, recurriendo a una instrumentación más espartana que va penetrando poco a poco, con guiños a otras épocas como el discreto vocoder, entregando otro estupendo estribillo y cerrando en su tramo final con un precioso arpegio sintetizado. Y "Come on now" es una mezcla entre Ladytron y Client, con la energía densa de los primeros y el tenebrismo de las segundas. Además, otra vez se permiten enriquecer la melodía, que cambia completa entre la primera y la segunda estrofa, al igual que lo hacen lo que supuestamente son los estribillos, en un nuevo derroche de creatividad. Y lo hacen con la mejor interpretación vocal (dentro de sus solamente correctas cualidades vocales).

Por lo reseñado hasta ahora podría parecer que me equivoqué no designando a "Inhale" como el mejor álbum de 2013. Desgraciadamente la segunda mitad del álbum mantiene la buena instrumentación y mejor producción, pero con menos inspiración en la composición: "Alone" tiene la frialdad domesticada de los Depeche Mode de estos últimos años, pero no termina de despegar, siendo lo más interesante el minuto instrumental final, con unos sonidos muy bien escogidos. "Never stop" se arrima a los Dubstar más electrónicos, pero se las nota un tanto forzadas (especialmente en su altivo estribillo). "August day" es la "balada" del disco, una composición con una atmósfera etérea y la elegancia de A Flock of Seagulls, un montón de partes y cambios de melodía, pero sin ningún tramo que realmente enganche, aunque los pasajes finales se queden cerca. Y "Over and over" está construida sobre una base de puro electroclash, pero su melodía susurrada y un tanto recurrente hace que sólo las partes instrumentales sean reseñables.

Afortunadamente la última composición nueva del disco (puesto que el álbum se cierra con una larga remezcla de "Can you stop me?" de su anterior disco, una decisión cuestionable) es otra maravilla: "End is a new start" es posiblemente mi tema favorito. Una canción que empieza como una caja de música inocente, pero que en seguida da paso a otro sintetizador electrizante que explota una melodía luminosa de puro pop que nos cuenta una historia de fracaso convertida en optimismo (lástima que la segunda estrofa repita los versos de la primera). Hasta llegar a un excepcional estribillo, que introduce un par de acordes inesperados para provocar el subidón, y que inteligentemente repiten sólo una vez, dejando ganas de más. Una certera forma de acabar dejando un estupendo sabor de boca.

En definitiva, para aquellos seguidores de este blog sin prejuicios sobre la procedencia de los artistas y su grado de profesionalidad, Marsheaux será sin duda un gran descubrimiento. Y la confirmación (por si quedaban dudas) de que en cualquier parte del mundo podemos encontrar inspiración y talento.